Breve análisis de la naturaleza de los viajes.

Una reflexión rápida sobre la naturaleza de los viajes

Viajar por el mundo es cómo volver a ser un niño. No sabes qué hacer, dónde ir o cómo funcionar.

¿Cómo te mantienes seguro?

¿Cómo te mueves?

¿Cómo te comunicas?

¿Cuáles son las normas culturales que debes seguir?

En cada destino, comienzas desde cero y debes volver a aprender a hacer las habilidades vitales más básicas.

Tienes que confiar en la amabilidad de los extraños. Sin ellos por guiarte y enseñarte, estaría perdido. Desde los locales que te dan paseo hasta las personas que te ayudan cuando te haces daño hasta aquellos que sólo te dicen dónde tienes que ir o te invitan a casa, necesitas su guía y asistencia al igual que un niño necesita la de un adulto.

Todos los días en la carretera, estás aprendiendo qué debes hacer por primera vez y cómo debes confiar en otras personas, como un niño.

Por supuesto, este constante reaprendizaje es uno de los aspectos cansados ​​de los viajes. Es mucho trabajo mental averiguar constantemente en quién confiar, cómo comportarse y cómo moverse. Es por eso que los viajeros a largo plazo siempre ralentizan (y por qué las personas que viajan demasiado rápido se agotan). Después de un tiempo, usted no puede estar haciendo esto todos los días. Tu energía mental se agota. El cerebro se quema.

Pero es a través de ese proceso que realmente creces. Llegas a entender el mundo al igual que creciste para entender tu ciudad natal.

Primero, aprenderá cómo funcionan los diferentes países. Como dice la cita de Henry Rollings: "Una buena forma de aprender sobre tu país es dejarlo". Al ver repetidamente cómo funcionan otros sitios, tienes una idea de qué hace bien y mal tu país de origen.

También le ofrece un número infinito de oportunidades para mejorar y mejorar como hace las cosas.

Vivimos la mayor parte de nuestras vidas en piloto automático. Nos levantamos, vamos a trabajar, hacemos encargos, miramos a Netflix, y después lo volvemos a hacer al día siguiente. Sabemos dónde comer, dónde comprar, cómo movernos y qué lugares debemos evitar. Conocemos la ruta exacta para llegar a la tienda de comestibles y lo hemos hecho tantas veces que sólo podemos salir de la zona mientras pensamos en el millón de otras cosas que debemos hacer.

En nuestro día a día, seguimos rutinas. Nuestras mentes no necesitan constantemente hacer "el trabajo" de averiguar cómo vivir.

Y cualquier libro de psicología le dirá lo importante que es funcionar como adulto. Necesitamos rutina porque sólo tenemos tanto ancho de banda por día para tomar decisiones. Las rutinas permiten que nuestro cerebro funcione mejor y se centre en tareas más importantes. Sin el piloto automático, no podríamos funcionar.

Pero en la carretera no tienes rutinas. Cada sitio y situación es nuevo. Todo lo que usted hace requiere una toma de decisiones activa.

Piense en encontrar un lugar para comer. En un nuevo destino, si y cuando encuentras un restaurante, no sabes qué pedir, qué es bueno, qué está mal. Todo esto es un misterio. Cada vez que desea comer, debe decidir: ¿este sitio parece incompleto? ¿Me gustará esta comida?

Es agotador.

Pero volver a aprender cómo decidir dónde comer, una y otra vez, te ayuda a mejorar estos procesos. En este caso, conozca las pistas universales sobre qué hace que un restaurante sea bueno. Se aprende a comer solo. Aprendes lo que te gusta.

Tanto si se trata de encontrar algo para comer, comprobar cómo moverse, averiguar cómo localizar información o aprender a confiar en la gente, creo que como los viajeros lo tenemos que hacer tanto, desarrollamos suficientes vías mentales diferentes que nos volvemos mejores en la gente decisión. hacer por lo general que la mayoría de la gente. Solo tenemos más experiencia.

Lo mismo ocurre con el trato con las personas. Como el lenguaje no es universal, debo averiguar cada día cómo comunicarme con personas que no me entienden (y viceversa).

Pero haciéndolo tantas veces, he mejorado leyendo a la gente de lo que hubiera habido si sólo hubiera encontrado nunca con los que viven en mi ciudad natal. Este trabajo constante e imponiente, aun cuando se agota, ha producido dividendos durante toda la vida al poder comunicarse, interactuar y entender una variedad de personas.

Y al final todo este trabajo te convierte en una persona más independiente, segura y madura. Creces con un mejor sentido de quién eres, qué quieres y cómo funciona el mundo.

Viajar puede suponer mucho trabajo. Puede ser un impuesto mental. Y puede hacerte sentir como si hubieras retrocedido como adulto mientras paseas impotente de destino a destino. Pero, al final, todo ese cableado te hace una mejor persona.

En resumen, si deseas descubrir más contenidos parecidos a Breve análisis de la naturaleza de los viajes. puedes visitar la categoría Consejos y Recursos para Viajeros. ¡Sumérgete en el apasionante mundo de los viajes y descubre lugares fascinantes que te esperan por conocer!

Entradas relacionadas

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir

¡Mmm, cookies! 🍪 Usamos cookies digitales para mejorar tu experiencia. Al seguir navegando, aceptas su uso. Más info en nuestra Política de Cookies. ¡Buen provecho! 😋 Más información